No solo en las personas
observamos la soledad, sino también en los lugares abandonados, olvidados,
donde el solo mirarlos nos transmiten tanto. Es impresionante como algo por tan
simple que sea, tiene tanta fuerza que nos hace sentir. No olvidemos que esa
soledad puede ser un reflejo de lo que sentimos internamente y debería llamarnos
la atención. Tampoco olvidemos que hay rayos
de luz que entran desde afuera, rayos de esperanza que tenemos que salir y
descubrir.
No nos quedemos encerrados en el olvido, salgamos de esta soledad y descubramos la realidad.
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