Como unas frías y filosas estacas de hielo clavaste en mi corazón
ese día.
Con dolor incomparable sufrí tu desprecio y abandono
inesperado.
Para que hiciste falsas promesas, si en realidad nada te fue
verdadero.
Con rabia en el seno recuerdo tus palabras, hirientes,
heladas, falsas y crueles.
Ni te imaginas como siento esas estacas clavadas en mi
pecho, fría al principio y luego ardientes como el fuego.
Tristeza infinita sin consuelo.
Calma este dolor con más
hielo.