Que grande es el poder de una mirada, esas puertas al alma, esos pedazos de vidrios, que a veces son espejos donde uno se refleja. Esa profundidad, que a veces ocultan, que a veces lo dicen todo!..
Algunos dicen: “una mirada vale mas que mil palabras”..
Pero he ahí un peligro, porque las miradas pueden llegar a ser malinterpretadas!
Cómo una mirada puede conducir una relación a varios caminos?.
Existen miles de miradas, desde la más sana como la de “Chulina” o la más enfermiza como la del “Deseo”.
Ahí entra el juego… Y si… la mirada del deseo que atormenta mis sueños, que vive en mis pesadillas. Todo pasa, o pasó a causa de esa mirada de deseo que inestabiliza mi suelo.
Que poderosa es esta maligna mirada de deseo!.. Uno deja de pensar, te atrapa, borra el mundo alrededor tuyo y es como si te hipnotizara solo para que veas esa mirada!
Cuando uno cae en ese juego de miradas, es muy difícil salirse.
Mas aun cuando las miradas son prohibidas y las palabras no tienen cabida, he ahí cuando se hacen adictivas.
Porque uno habla, siente, transmite, comparte, con una simple mirada, la cual la hacen más profundas con un simple gesto, un juego de cabeza, un juego de cejas…
Cuando una mirada te atrapa, nubla tu mundo. No te permite razonar entre lo que esta bien y lo que esta mal. Te perdés!
Cuando uno esta hechizado por una mirada, solo imagina el próximo encuentro, en las próximas palabras no dichas, en el próximo sentir.
Es aquí cuando uno se pone a pensar:…. Esas miradas… son para mi? Son verdaderas?... es una ilusión?... es la imaginación que juega con mi emoción?... es tanto mi afán de sentir, que con una mirada mi mundo se derrumba?...
Si solo pudiésemos hablar sin mirarnos:....
Diríamos lo mismo?
Sentiríamos igual?.
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